Un informe del proyecto Comfor-Sudoe que lidera el CSIC mide el valor económico de los bosques complejos
Una guía identifica 68 beneficios de los bosques complejos para ayudar a los responsables políticos en la toma de decisiones en la gestión del territorio
Una guía identifica 68 beneficios de los bosques complejos para ayudar a los responsables políticos en la toma de decisiones en la gestión del territorio
Un informe del proyecto europeo Comfor-Sudoe (COMplex FORests), que lidera el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), propone diversas técnicas de valoración monetaria y no monetaria de los beneficios de los bosques complejos para las sociedades rurales y urbanas de España, Francia y Portugal. Esta compilación, de acceso abierto y elaborada por Ecoacsa Reserva de Biodiversidad, uno de los socios del consorcio internacional, pretende servir de guía para los responsables en la gestión del territorio en su toma de decisiones. El informe se acompaña de un listado de 68 servicios ecosistémicos o beneficios que aportan estos bosques.
“Los bosques complejos, aquellos en los que conviven varias especies diferentes o en los que predomina una sola especie cuyos ejemplare están en diferentes momentos de desarrollo, presentan mayor resiliencia ante amenazas como el cambio climático o la disminución de la biodiversidad. Además, son capaces de proveer más y mejores servicios ecosistémicos”, señala Andrés Bravo-Oviedo, investigador del MNCN-CSIC y coordinador del proyecto Comfor-Sudoe.
Junto al informe se ha desarrollado un árbol de decisión, también de acceso abierto. “Se trata de una herramienta de apoyo a la labor de responsables políticos y otros actores implicados en la gestión del territorio. Sirve de guía a la hora de seleccionar el método para valorar económicamente los beneficios o servicios de los ecosistemas provistos por los bosques complejos. Es una información esencial para adoptar mejores decisiones y más dirigidas a promover una gestión sostenible”, explica David Álvarez, director ejecutivo de Ecoacsa. “El gran valor de los múltiples beneficios que aportan los bosques es con frecuencia invisible desde el punto de vista económico para los gestores del territorio. Por ello, es clave que dispongan de herramientas accesibles y basadas en evidencias científicas que les permitan valorar el relevante papel que juegan los bosques en el desarrollo económico y social local”, apunta Álvarez.
Ambos documentos, el informe y el árbol de decisión, son fruto de una consulta a expertos y de una extensa revisión bibliográfica de 84 artículos científicos realizados en España, Francia y Portugal sobre los activos naturales (recursos de la naturaleza que proporcionan bienes o servicios durante un tiempo, como la biomasa o el agua) y los servicios de los ecosistemas forestales (captura de CO2, control de la erosión, mantenimiento de la biodiversidad, suministro de setas y frutos del bosque, regulación de la calidad del agua y el clima). También se han tenido en cuenta para su elaboración otras experiencias desarrolladas en Alemania, Dinamarca, Escocia, Estados Unidos, Finlandia, Inglaterra Irán, Irlanda, Italia, Noruega, Países Bajos, Perú, Polonia y Suiza.
Los resultados muestran que, de los 68 beneficios o servicios que proveen los ecosistemas forestales complejos de la región del sudoeste europeo -España, Francia y Portugal-, 29 son de aprovisionamiento, 16 son culturales y 23 son de regulación y mantenimiento. En función de su adecuación a cada tipo de servicio ecosistémico y a la disponibilidad de datos, a cada beneficio le corresponde un método más adecuado para calcular su valor económico, entre los que se cuentan los que estiman la demanda (por ejemplo, precios de mercado, valor contingente o experimento de elección) y los que no estiman la demanda (como son el coste de reemplazo, el coste de oportunidad o los costes evitados).
El proyecto Comfor-Sudoe
El objetivo de Comfor-Sudoe es potenciar los bosques complejos (mixtos e irregulares) así como la plantación de especies variadas como una estrategia de adaptación. A través de la obtención de masas boscosas resilientes se pretende dar respuesta al cambio climático y a la disminución de la biodiversidad.
El proyecto, que se lanzó en noviembre de 2020 y cuenta con un presupuesto de 1,3 millones de euros de financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), busca fomentar las sinergias entre España, Francia y Portugal y fortalecer una red que una transnacionalmente la investigación y la innovación en sectores específicos del sudoeste europeo. Se trata de promover un crecimiento inteligente y sostenible mediante el fomento de la investigación, el desarrollo, la innovación y la transferencia tecnológica.
“A pesar del enorme valor de los bienes y servicios proporcionados por los bosques mixtos e irregulares de la región y de que en muchas ocasiones aumentan y mejoran los beneficios que otros sistemas forestales más simples como las zonas monoespecíficas y regulares, aún desconocemos aspectos de su dinámica que deben estudiarse”, contextualiza Bravo-Oviedo. “Por ejemplo, es necesario profundizar en su capacidad de mitigación y en la gestión de riesgos, como la prevención de incendios, y cómo estos pueden afectar a la estabilidad socio-ecológica de estos sistemas”, explica.
Hasta 2023, el consorcio internacional trabajará para fomentar bosques que garanticen el suministro de bienes y servicios a la sociedad rural y urbana, así como la protección de su riqueza. Esta estrategia, financiada por el Programa Interreg Sudoe de la Unión Europea, ayudará a promover los servicios ecosistémicos y la protección de la biodiversidad, así como a garantizar una gestión sostenible.
En Comfor-Sudoe participan, además del MNCN-CSIC, Agresta Sociedad Cooperativa, el Centro Tecnológico Agrario y Alimentario (Itagra), Eocacsa Reserva de Biodiversidad, Institut Européen de la Forêt Cultivée (IEFC), Institut National de la Recherche Agronomique et l’Environnement (INRAE), Instituto Superior de Agronomía de la Universidad de Lisboa (ISA-UDL), la Universidad de Oviedo y la Universidad de Valladolid.
Ana Iglesias / Beca CSIC-FBBVA Comunicación Científica
Xiomara Cantera / MNCN Comunicación
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