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#INSTITUCIONAL #Internacional #Transferencia #Política científica #Jornadas y congresos

El CSIC reúne a sus centros nacionales, el INIA, el IEO y el IGME, para reforzar la integración en el organismo y potenciar los retos en investigación y gestión

La transferencia del conocimiento y la puesta en valor del conocimiento científico y técnico fueron los temas recurrentes durante las sesiones

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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se reunió la semana pasada durante dos jornadas en Madrid (el 10 y el 11 de enero) con representantes de sus tres centros nacionales de investigación para reforzar y detectar los retos del proceso de integración. El Instituto Español de Oceanografía (IEO), el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) pasaron a formar parte de la estructura del CSIC en primavera de 2021 con el objetivo de robustecer su gobernanza, sus capacidades científicas y de asesoramiento y su gestión administrativa.

El encuentro abordó ámbitos como el lugar de los centros nacionales en la estructura del CSIC, la actividad científico-técnica, la gestión administrativa y la importancia de labor de transferencia de conocimiento a la sociedad, entre otros temas surgidos a lo largo de las dos jornadas en las que se dividió el evento.

En la apertura de las jornadas, el equipo directivo del CSIC realizó una presentación de los planes del CSIC. La presidenta del CSIC, Eloísa del Pino, destacó que el proceso de integración, aunque ya ha comenzado, “va a ser largo” y mencionó que el hecho de que Inés Galindo, investigadora del IGME, forme parte de la estructura del equipo directivo del CSIC (actualmente ostenta el cargo de vicepresidenta adjunta de Organización) supone que los centros nacionales juegan un papel clave para el organismo. “Queremos que la Vicepresidencia Adjunta de Transferencia del Conocimiento sea una vicepresidencia, lo que reconocería esa potencialidad que va a tener el CSIC gracias a los centros nacionales en hacer llegar a la sociedad y a la industria las soluciones creadas en el laboratorio”, subrayó.

Del Pino recordó que la institución dispone de herramientas efectivas de investigación e innovación, como los Desafíos, las Plataformas Temáticas Interdisciplinares (PTI) y las Conexiones. Los Libros Blancos identifican algunos de los desafíos que preocupan a la sociedad: genómica y epigenética, retos en biomedicina, nuevas bases para una sociedad global sostenible, inteligencia artificial, sistema tierra para un futuro sostenible, impacto del cambio global, y envejecimiento y mente, entre otros.

Por otro lado, la presidenta mencionó el proyecto Science for policies, que tiene como objetivo identificar problemas que afectan a España y la Unión Europea, como la desertificación, los incendios o la resistencia a los antinbióticos. “Lanzaremos una convocatoria abierta para recibir vuestras propuestas y que lleguen a los agentes políticos en forma de informe durante la presidencia de España en la Comisión Europea en el segundo semestre de este año”, anunció la presidenta del CSIC.

Del Pino también aseguró que la integración de los centros nacionales “hace que el CSIC cumpla mejor con su misión”. Mencionó que el contrato de gestión (la herramienta que permitirá planificar objetivos y recursos a tres o cuatro años vista) empezará a negociarse y la idea es que esté listo para aprobarse en 2023.

José María Martell, vicepresidente de Investigación Científica y Técnica, expuso la estructura, funciones y objetivos de su vicepresidencia. Por su parte, el vicepresidente de Relaciones Internacionales, Javier Moreno, destacó la necesidad de reforzar el sistema de gestión del organismo en su conjunto y añadió que el CSIC participa en muchos proyectos colaborativos internacionales, pero, además de participar, es necesario liderarlos. Mencionó también que una de las prioridades del CSIC son los vínculos con América Latina. “El CSIC es una herramienta clave para los vínculos con las instituciones científicas de esa región”, declaró.

Ana Castro, vicepresidenta de Innovación y Transferencia, explicó en qué puede ayudar el CSIC a los centros nacionales en este ámbito y remarcó la importancia de poner en valor el conocimiento científico. “Los centros nacionales complementan esa visión holística de la transferencia del conocimiento”, señaló Castro, y mencionó la necesidad de “fomentar un ecosistema más interactivo, un hub de innovación abierta”.

El secretario general del CSIC, Ignacio Gutiérrez, señaló la formación, la acción social y la integración de los sistemas de productividad como partes fundamentales del proceso de integración. Mencionó, además, la elaboración de un proyecto estratégico TIC [Tecnologías de la Información y la Comunicación], la integración de la gobernanza y la unificación del registro general.

Ana María Alonso, directora del IGME, destacó la importancia del diálogo en el proceso de integración y añadió: “lo fundamental es conocernos para poder avanzar”. Por su parte, Esther Esteban, directora del INIA, reconoció que, aunque queda mucho camino por recorrer, se trata de un principio de encuentro: “hemos entrado en la primera organización científica en España y es una gran oportunidad para los centros nacionales y la tenemos que aprovechar. Espero que sea el principio de una relación fructífera”. En el caso del IEO, su director, Javier Ruiz, reiteró la idea de que se está aún al inicio de un largo proceso y agradeció al CSIC su apoyo económico.

“El éxito de la integración no es solo para el CSIC o para los centros nacionales, sino también va a ser un éxito para la ciencia española”, declaró el vicepresidente de Organización y Relaciones Institucionales del CSIC, Carlos Closa, durante la sesión introductoria. El proceso de integración “es una tarea en la que utilizar las diferencias para hacernos más robustos”, añadió ya en la clausura.

Foto de grupo de los asistentes al encuentro de centros nacionales.
Foto de grupo de los asistentes al encuentro en Madrid. / César Hernández

 

Visibilidad y cooperación

Como indicó Luis Somoza, vicedirector científico del IGME, la integración ha supuesto aumentar la competitividad de su centro nacional, ya que ha mejorado la participación en proyectos europeos. La visibilidad de la actividad del CSIC a nivel internacional es, de hecho, uno de los objetivos de la Vicepresidencia Adjunta de Internacionalización y Cooperación del CSIC, que dirige Isabel Díaz. “Es fundamental dar visibilidad internacional de todo lo que hacemos, sobre todo acerca de cómo podemos integrar o adoptar la transferencia del conocimiento. Tenemos que ser capaces de mostrar lo que hacemos fuera y que conozcan nuestras capacidades también en cooperación científica”, indicó Díaz en la presentación de la mesa redonda dedicada a la actividad científico-técnica de los centros nacionales.

En esta misma mesa redonda, la vicepresidenta adjunta de Áreas Científico-Técnicas del CSIC, Elena Cartea, animó a los investigadores de los centros nacionales a participar en las Plataformas Temáticas Interdisciplinares del CSIC, un instrumento de investigación e innovación creado por el organismo que se sirve de la cooperación y coordinación entre varios centros para hacer frente a retos de alto impacto que preocupan a la sociedad.

Transferencia del conocimiento

Uno de los temas recurrentes durante ambas jornadas y que centró una de las sesiones fue la transferencia de conocimiento a la sociedad. Los representantes de los tres centros nacionales expresaron su preocupación por la dificultad de registrar algunas de sus principales actividades de transferencia, como los informes y el asesoramiento a instituciones. Un servicio público esencial para el Estado en su conjunto que, falto de un reconocimiento oficial de la labor técnica, corre peligro de caer en la desincentivación de las personas que lo realizan. Por su parte, desde la Vicepresidencia Adjunta de Transferencia de Conocimiento del CSIC se expresó el compromiso por buscar de manera conjunta nuevas maneras de registrar y poner en valor esas actividades de servicio público.

Los centros nacionales

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El Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria investiga en ciencia y tecnología agroalimentaria y forestal. Persigue apoyar el crecimiento económico sostenible y el bienestar de la sociedad a través de la investigación y la innovación agraria y alimentaria. En el INIA, como en otros centros del CSIC, se han reorientado investigaciones con motivo de la pandemia por la covid-19.

El Instituto Español de Oceanografía se dedica a estudiar la biodiversidad de los océanos, la contaminación en sus aguas y el impacto del cambio climático; también la pesca sostenible y la investigación en acuicultura. Cuenta con una sede administrativa en Madrid y nueve centros oceanográficos costeros. Dispone de una flota de cinco buques oceanográficos a los que se incorporará el nuevo buque Odón de Buen. Dos de los buques de esta flota, el Ramón Margalef y el Ángeles Alvariño, se trasladaron en 2021 a La Palma para estudiar la erupción del volcán de Cumbre Vieja. Gracias a estas embarcaciones, los geólogos del IEO pudieron analizar el impacto de la llegada de la colada al mar.

El Instituto Geológico y Minero de España ofrece a la sociedad el conocimiento científico sobre la Tierra. Sus investigadores recopilan, analizan e interpretan datos de todas las áreas de la geología. Se investigan desde los orígenes de la vida hasta los recursos necesarios para un futuro sostenible y próspero. En el IGME se estudian, también, inundaciones, terremotos, deslizamientos del terreno o volcanes. Durante la crisis por la erupción del volcán de Cumbre Vieja, científicos del instituto se desplazaron a la isla para tomar muestras de cenizas y lava y seguir la erupción. El IGME alberga, además, el Museo Geominero, que cuenta con importantes colecciones de minerales, rocas y fósiles procedentes de todas las regiones españolas y de antiguos territorios coloniales.

 

Marta García Gonzalo y Alda Ólafsson / CSIC Comunicación

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