La ciencia moderna se introdujo en España a finales del siglo XVII a través del movimiento novator. La promoción de la actividad científica alcanzó su momento culminante durante el reinado de Carlos III (1759-1788). Contrariamente a lo que se hizo en la Contrarreforma, en este periodo se estimuló la formación científica en el extranjero, al tiempo que se contrataron científicos y técnicos foráneos.

Si a veces tienes la sensación de que hoy en día nuestras vidas son más solitarias y que es difícil conocer a nuevas personas, ya sea como amistades o parejas, tenemos algo que decirte: no es algo que te pase solo a ti. La soledad es un fenómeno multidimensional y que remite a factores estructurales como el auge del individualismo, el declive de las redes de apoyo social y familiar y la crisis de los cuidados.

Del 8 al 10 de mayo de 2024, se celebra la 22ª Feria de la Ciencia de Sevilla, un evento que espera reunir cerca de 30.000 personas y en el que el público general podrá conocer la ciencia que se hace y enseña en museos, universidades y centros educativos y de investigación de la ciudad.

En el año 2013 la UNESCO, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, inscribió a la dieta mediterránea en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

En nuestro planeta convivimos con un sinfín de especies de animales y plantas, pero también microorganismos, hongos y numerosas formas de vida. Lejos de funcionar de forma independiente, nuestras vidas dependen las unas de las otras, relacionándonos constantemente entre todas y con el entorno en un fascinante equilibrio natural.

El Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC) acoge esta exposición sobre la retina. La retina, según el propio pionero de las neurociencias Santiago Ramón y Cajal, es “el más antiguo y pertinaz de los amores de laboratorio”. La retina fue para él una fuente de inspiración en la que confirmó la teoría neuronal. La identificación de las neuronas dio origen a la neurobiología moderna y le hizo merecedor del premio Nobel en 1906.