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La división en módulos de las redes tróficas incrementa la supervivencia de las especies

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Un estudio elaborado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado que cuanto mayor es la división en módulos o compartimentos de una red trófica, mayor es la supervivencia de sus especies como conjunto, su persistencia. Los resultados del estudio podrían ser aplicables también a los sistemas financieros. La investigación aparece publicada en el último número de la revista PNAS.

Una red trófica es un sistema interconectado de especies que describe quién se come a quién. Es decir, las redes tróficas relacionan a los depredadores con sus presas. Dichas redes están organizadas en compartimentos cuando existen grupos de especies que interaccionan entre ellas con mayor frecuencia que con especies de otros grupos. “Cuanto mayor es la tendencia de la red a estar dividida en grupos, mayor es el porcentaje inicial de especies que sobreviven. Nuestro estudio cuantifica este fenómeno y explora el mecanismo responsable”, explica el investigador del CSIC Daniel B. Stouffer, de la Estación Biológica de Doñana.

“La explicación de este resultado se debe a que en una red compartimentalizada, los efectos de una perturbación como la extinción de una especie o la transmisión de un contaminante quedarían confinados en un compartimento en lugar de propagarse por la red entera”, añade Jordi Bascompte, investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana.

La investigación concluye que los beneficios de que las especies que forman la red se agrupen en compartimentos aumentan cuanto más compleja sea esa red, es decir cuanto mayor sea el número de interacciones entre especies. “Es la evidencia de cómo la naturaleza combina su manifiesta diversidad y complejidad con su necesidad de persistir”, añade Bascompte.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores simularon varios grupos de 250 redes tróficas, con 50 especies cada una y un número similar de interacciones, de forma que solo diferían en su grado de división interna. Tras un periodo de tiempo, analizaron el porcentaje de especies iniciales que había sobrevivido y lo relacionaron con el grado de compartimentalización de la red.

La idea de partida del estudio tiene su origen en un artículo teórico publicado en 1972 por el ecólogo británico Robert May. “En este artículo, May determinó que, contrariamente a lo que se asumía entonces, la complejidad de una red trófica no implicaba necesariamente una mayor estabilidad, pero sugirió que en la naturaleza debían de existir patrones en la estructura de estas redes que asegurasen su persistencia. Además, señaló que la tendencia a la formación de compartimentos dentro de estos sistemas podía ser uno de esos mecanismos”, comenta Stouffer.

La investigación de Stouffer y Bascompte demuestra la hipótesis de May y pone fin a un debate que ha durado casi 40 años.

 

Aplicación en los sistemas financieros

 

Las implicaciones de esta investigación van más allá del campo de la ecología. Los investigadores aseguran que los resultados podrían ser de interés en campos como la predicción de riesgo sistémico en sistemas financieros.

“Hay similitudes entre la estructura de las redes ecológicas y las redes financieras. Una comisión del Banco de Inglaterra emitió hace poco dos recomendaciones para minimizar el riesgo sistémico en las redes financieras. Una de las medidas que sugería era la de diseñar redes organizadas en compartimentos para incrementar su robustez ante las perturbaciones que puedan aparecer. Nuestro trabajo actual demuestra de forma cuantitativa que dicha estrategia va por buen camino y permite cuantificar la magnitud del incremento de la robustez de la red”, concluye Bascompte.

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Referencia científica:
  • Daniel B. Stouffer y Jordi Bascompte. Compartimentalization increases food-web persistence. PNAS. DOI: 10.1073/pnas.1014353108

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