SINC, Rafael Bachiller y los ‘cronistas’ de la erupción volcánica de La Palma, galardonados con los Premios CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica
La II edición del Programa ha concedido también dos Ayudas a jóvenes periodistas para realizar estancias formativas en centros del CSIC
La II edición del Programa ha concedido también dos Ayudas a jóvenes periodistas para realizar estancias formativas en centros del CSIC
El equipo periodístico de SINC, la agencia de noticias científicas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT); el astrónomo y divulgador Rafael Bachiller; y los investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), que se volcaron en transmitir a la sociedad la mejor información científica sobre la erupción volcánica en La Palma, han sido galardonados en la II edición de los Premios CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica.
El jurado otorga a SINC el galardón en la categoría de periodistas especializados en comunicación científica por “una excepcional trayectoria de 15 años” en la que han impulsado “el periodismo científico de calidad, combinando siempre las fuentes más solventes con narrativas atractivas y accesibles para el público general”.
En la categoría de investigadores que contribuyen a la difusión del conocimiento a la sociedad, el jurado ha reconocido, ex aequo, dos contribuciones fundamentales en el ámbito de la comunicación científica: “una larga trayectoria de dedicación sostenida a la difusión del conocimiento”, representada por el astrónomo y divulgador Rafael Bachiller, y “el trabajo ejemplar realizado en el contexto de una emergencia” por los investigadores del IGME (IGME-CSIC) durante la erupción del volcán de Cumbre Vieja.
Además, los jóvenes periodistas científicos Jon Gurutz Arranz e Iole Ferrara han recibido las dos Ayudas CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica, que a lo largo de un año les permitirán realizar estancias en institutos, laboratorios y centros del CSIC para conocer de manera directa todo el proceso de investigación. Con esta inmersión, tendrán la oportunidad de interactuar con investigadores y conocer el desarrollo de proyectos científicos singulares, para reforzar su especialización en comunicación científica.
Tanto los dos Premios –dotados cada uno de ellos con 40.000 euros– como las dos Ayudas –dotadas cada una de ellas con 35.000 euros– forman parte del Programa de Impulso a la Comunicación Científica creado en 2021 por el CSIC y la Fundación BBVA. Su objetivo es reconocer e incentivar el trabajo indispensable de los periodistas y comunicadores que informan de manera rigurosa y atractiva sobre los avances de la ciencia, así como mejorar la formación en este campo decisivo para la cultura científica de la sociedad. A esta segunda edición competitiva se han presentado más de 100 candidaturas, tanto a los Premios como a las Ayudas.
SINC: una agencia al servicio del periodismo científico de calidad
La agencia de noticias científicas SINC nació en 2008 con el propósito de difundir el trabajo de la comunidad científica española a los medios de comunicación de nuestro país. Quince años más tarde, destaca el acta, “no solo ha cumplido este objetivo, sino que además ha logrado convertirse en un medio de comunicación con voz propia, ofreciendo reportajes, entrevistas y análisis con enfoques originales”.
“El trabajo de SINC -continúa el jurado- cubre todo el espectro de las disciplinas científicas, desde la investigación básica y la biomedicina hasta la innovación tecnológica, sin olvidar las ciencias sociales y las humanidades”. Además, concluye el acta, “a través de la republicación en medios de sus contenidos, todos ellos de acceso libre, así como su uso innovador de las redes sociales, su trabajo ha logrado alcanzar a un público masivo, tanto en España como en Latinoamérica, convirtiendo a SINC en un medio de referencia en el campo del periodismo científico”.
El equipo de SINC lo lidera su redactora jefa, Eva Rodríguez, y está integrado por Verónica Fuentes, Ana Hernando y Enrique Sacristán. “Al principio queríamos llegar a los medios locales, regionales y autonómicos, pero cuando empezamos a trabajar vimos que los medios de comunicación que más nos seguían y más nos publicaban eran los medios nacionales”, recuerda Rodríguez.
Al inicio de su recorrido no existían tantos periodistas científicos en las redacciones de los medios, y a lo largo de los años han visto cómo esa presencia ha ido en aumento. “Hemos visto una gran expansión en los últimos años”, destaca Rodríguez. Esta tendencia, añade, no ha hecho más que aumentar la relevancia de una agencia como SINC: “La ciencia está cada vez más presente en el día a día de la gente”, añade.
El propio éxito de SINC, a su vez, ha reforzado la confianza de los centros de investigación en los periodistas científicos. Rodríguez detalla que, mientras que antes muchos centros no apreciaban el valor de comunicar sus resultados de investigación al gran público, un número creciente de ellos se apoya ahora en la agencia para dar visibilidad a su trabajo.
Aunque en 2008 las redes sociales tenían un protagonismo muy limitado, el equipo de SINC pronto fue consciente de su enorme potencial para ampliar todavía más el alcance de la agencia, ya que les daba la oportunidad de difundir su trabajo periodístico de manera directa a los usuarios de Twitter, Facebook y otras plataformas. “Nuestro objetivo era que la audiencia que nos siguiese no perteneciera solo a un nicho especializado, sino que el público general se acercara a la ciencia a través de nosotros”, explica Rodríguez.
Por ello, el equipo de SINC se ha distinguido por aprovechar de manera muy innovadora todas las herramientas multimedia que ofrece el universo digital para la comunicación científica: píldoras de radio, podcast, reportajes en vídeo o microvídeos diseñados para redes sociales. “Es una manera de llegar al público de manera distinta”, resalta la redactora jefa de SINC, añadiendo que los periodistas de la agencia, originalmente especializados en prensa escrita, se han tenido que adaptar a otro tipo de formatos audiovisuales “porque es lo que pide la gente”.
Su próximo reto es trascender todavía más las fronteras españolas y realizar una mayor apuesta internacional para alcanzar al público de habla hispana. Rodríguez pone en valor el español como idioma común de muchos países, y destaca que en el ámbito latinoamericano están surgiendo cada vez más iniciativas sólidas en el campo de la comunicación científica. “En este contexto, nuestra labor puede ser importante y nos ofrece una gran oportunidad para ampliar nuestra audiencia y también trabajar con otro tipo de fuentes, contenidos y enfoques”. Por todo ello, el premio otorgado por el CSIC y la Fundación BBVA supone “un empujón para todo el equipo de SINC que nos estimula a seguir buscando nuevas formas de que la ciencia llegue a la sociedad”.
Rafael Bachiller: la excepcional trayectoria de un astrónomo humanista
“Todos los grandes retos de nuestro tiempo”, afirma Rafael Bachiller, “sólo pueden encontrar solución en el ámbito científico y tecnológico: el cambio climático, la inteligencia artificial, la carrera espacial con su dimensión geoestratégica, la transición ecológica, las pandemias… Por lo tanto, para ser una persona del siglo XXI, para poder opinar sobre todas estas cuestiones, tenemos que adquirir una cultura científica indispensable”. Desde esta óptica, el director del Observatorio Astronómico Nacional y el Real Observatorio de Madrid ha dedicado buena parte de su carrera a la difusión del conocimiento, “no solo de su propio campo de especialización, sino de la cultura científica en general”, tal y como ha resaltado el jurado.
Bachiller es un destacado investigador de prestigio internacional en los campos de la astronomía y la astrofísica, que ha publicado más de 350 artículos científicos en revistas especializadas de referencia, principalmente sobre su área de especialización: la formación de estrellas de tipo solar. Al mismo tiempo, siempre ha considerado que la difusión del conocimiento a la sociedad es “una obligación del mundo científico”. Por ello, a lo largo de los últimos 15 años, Bachiller también ha dedicado un gran esfuerzo a acercar la astronomía al público general, principalmente a través de las innovadoras secciones multimedia que creó en la web del diario El Mundo, como Crónicas del Cosmos y El pronóstico del cielo, así como en centenares de conferencias, exposiciones, e intervenciones en programas de radio y televisión. Además, es un prolífico autor de libros concebidos para el público general como Astronomía. De Galileo a los telescopios espaciales y El universo improbable. Por todo ello, se ha convertido en “un referente ejemplar de la difusión del conocimiento a la sociedad”, tal y como ha resaltado el jurado.
“La astronomía”, afirma Bachiller, “es una de las ciencias más fascinantes, ha encandilado al ser humano desde el origen de la civilización. Es una ciencia muy antigua y muy vanguardista, se encuentra en la encrucijada de la ciencia con la tecnología, y con la filosofía y la estética. ¿Cómo podría no ser atractiva para todos? ¿Cómo se puede ser astrónomo y no desear contar todo lo que ves en este cosmos tan maravilloso y antiguo?”
Más allá de sus centenares de artículos sobre astronomía en la edición digital de El Mundo, en 2015 Bachiller fue nombrado miembro del Consejo Editorial de este mismo periódico y desde entonces ha publicado regularmente tribunas en sus páginas de Opinión, en las que aborda no solo temas de su propio campo de especialización, sino de la actualidad científica e informativa en general, desde la crisis ambiental y los debates en el terreno de la bioética hasta los riesgos de la Inteligencia Artificial y el peligro de una confrontación nuclear en el contexto de la invasión rusa de Ucrania.
“Con estas tribunas”, explica, “pretendo que mis lectores dejen de lado por un momento la actualidad política más inmediata para considerar esos problemas en un contexto más amplio y a más largo plazo. Me gusta poner al ser humano en el contexto de este frágil y pequeño planeta, en este lugar perdido de un universo sublime, pero al que a veces puede resultar difícil encontrar sentido”.
Desde esta perspectiva humanista, los artículos de Bachiller ejemplifican cómo la ciencia puede contribuir a que comprendamos mejor al Homo sapiens y reflexionemos sobre el lugar de nuestra especie en el cosmos, en diálogo con otras disciplinas como la filosofía, la historia y las artes. “En este mundo tan complejo y poliédrico”, asegura el astrónomo galardonado, “ciencia y humanidades forman un entramado inextricable. De hecho, cuando hablamos hoy de humanidades deberíamos entender que la ciencia está comprendida en ellas, es una parte indisoluble de ellas”.
Cronistas de una erupción: comunicación científica en un contexto de emergencia
El premio al equipo Cronistas de una erupción del Instituto Geológico y Minero de España (IGME- CSIC) “reconoce la importancia crucial que tiene comunicar el conocimiento científico a la sociedad durante una emergencia del calibre de la sucedida en la isla de La Palma en 2021-2022”, tal y como ha resaltado el jurado.
El acta destaca además que el equipo multidisciplinar “trabajó sobre el terreno durante la erupción volcánica y entendió desde el primer minuto que una parte fundamental de su trabajo era comunicar lo que estaba ocurriendo a los periodistas y a la población”. Por eso, añade, “dedicó buena parte de su tiempo, incluso en una situación de peligro físico y emocional, a informar, con rigor e inmediatez, del trabajo que estaban realizando”.
El equipo estuvo liderado por Elisabeth Díaz Losada, responsable de Cultura Científica del IGME, e integrado por Ángel Prieto Martín, Raúl Pérez López, Rosa María Mateos, Carlos Lorenzo Carnicero, Nieves Sánchez Jiménez, Amalia Romero Prados, Carlos Camuñas Palencia, José Francisco Mediato Arribas, Mario Hernández Ruiz, Miguel Ángel Rodríguez Pascua, Guadalupe Bru Cruz, Pablo Ezquerro Martín, Juan Carlos García López-Davalillo, Inés Galindo Jiménez y Ana María Cabrera Ferrero, personal del IGME especializado en distintas áreas de conocimiento, desde la geología y la vulcanología hasta la comunicación, y distribuido por diferentes lugares de la geografía española.
Tan solo una hora después de la erupción, los Cronistas plasmaron la información oficial disponible en aquel momento en una página web que irían actualizando de manera constante para incluir todas las novedades relevantes. En los tres meses que duró la erupción, la web acumuló más de dos millones de visitas.
Además, desde el primer momento, los Cronistas publicaron vídeos grabados sobre el terreno o resúmenes de vuelos de dron que incluían explicaciones de los acontecimientos. Estos vídeos constituyeron un apoyo fundamental para los medios de comunicación nacionales y también internacionales, ya que el equipo recibió solicitudes para poder utilizar sus vídeos por parte de medios de todo el mundo, desde Francia a China.
La información difundida por el equipo constituyó “un apoyo esencial en la toma de decisiones” para los servicios de emergencia, destaca Gustavo Armas Gómez, Director General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias. Poder seguir la evolución de las coladas, la columna eruptiva o la apertura de nuevos centros de emisión minuto a minuto y disponer de datos fiables para elaborar predicciones sobre su recorrido fue clave para diseñar medidas de autoprotección y Protección Civil. Además, añade, después de la erupción, “la comunicación científica aportada por el IGME ha seguido siendo fundamental para el óptimo desarrollo de las labores de recuperación de la isla en condiciones de seguridad”.
Pero, además, los materiales generados llegaron directamente al público general, particularmente a los residentes de las zonas afectadas por la erupción y también a toda la ciudadanía que estuvo pendiente del evento. De los 359 vídeos que publicaron en el canal de YouTube del IGME, uno tuvo más de 1,2 millones de visualizaciones y otro superó los 2,7 millones. El propio canal, que al inicio de la erupción contaba con unos mil suscriptores, llegó a alcanzar más de 80.000 en algunos periodos. A través de las redes sociales (Twitter, Instagram y LinkedIn), los Cronistas complementaron los vídeos con imágenes, artículos y entrevistas que publicaban a diario, generando un gran interés por los relatos en primera persona de quienes intervinieron en la emergencia.
“Lógicamente no teníamos experiencia en comunicar un evento tan importante”, recuerda Díaz Losada, pero la necesidad acuciante de información científica fiable que detectaron les urgió a actuar. Además, vieron la erupción como “un momento clave para que la geología fuera noticia”, añade, ya que “conseguir que la sociedad se diera cuenta de la importancia este campo científico era fundamental”.
Ayudas CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica
Las dos Ayudas CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica se han otorgado a Jon Gurutz Arranz e Iole Ferrara. Durante el periodo de disfrute de la Ayuda, que tendrá una duración de 12 meses, tendrán la oportunidad de realizar un itinerario de estancias en varios centros del CSIC para conocer de manera directa todo el proceso de investigación científica. El programa es máximamente flexible, adaptado al interés y perfil de los beneficiarios, que han escogido algunas áreas de conocimiento y centros de investigación preferentes de entre los que figuraban en el listado de institutos y centros ofrecidos por el CSIC. Cada beneficiario realizará un itinerario diseñado en coordinación con la Vicepresidencia de Investigación Científica y Técnica del CSIC (VICYT), que se desarrollará bajo la supervisión de tutores científicos designados por esa Vicepresidencia. Los dos jóvenes seleccionados podrán hacer una inmersión en varios grupos de investigación, asistiendo al desarrollo de proyectos científicos singulares, distintos estilos de hacer ciencia y conocer en directo todas las principales fases y facetas de la investigación en grupos avanzados del CSIC.
Jon Gurutz Arranz es licenciado en Humanidades y Comunicación por la Universidad de Deusto y máster en Comunicación Científica, Médica y Ambiental por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. A lo largo de su trayectoria en el campo de comunicación científica ha trabajado en la Cátedra de Cultura Científica UPV/EHU como colaborador en sus webs divulgativas Cuaderno, Mujeres con Ciencia y Mapping Ignorance. Ha sido también guionista en el programa de televisión El ladrón de cerebros (TVE), así como relaciones públicas, editor web y comunicador en Next Door Publishers, una editorial especializada en divulgación científica. En 2017 obtuvo una beca de Internacionalización Global Training del Gobierno Vasco con la que trabajó un año en Tecnalia, un centro de investigación y desarrollo tecnológico, entre Bilbao y México. En 2019 formó parte de Agroalim, el Clúster Agroalimentario de Nuevo León, en el equipo de comunicación. En la actualidad trabaja como redactor en Materia, la sección de ciencia del diario El País. La principal motivación de Arranz para solicitar esta ayuda ha sido la oportunidad de poder conocer desde dentro los centros de investigación. “Ahora soy el elemento extraño que va a hacer preguntas, pero quiero conocer la perspectiva contraria y, sobre todo, estar cerca de dónde se hace el conocimiento”, explica el periodista. “Desde la pandemia ha quedado claro que es imprescindible que la comunicación científica esté mucho más pegada a la ciudadanía, tanto desde el periodismo como desde las instituciones”, añade. Los campos de investigación que más le fascinan son las neurociencias, la biología evolutiva y las humanidades. Por ello, ha elegido disfrutar esta ayuda en el Centro Internacional de Neurociencia Cajal de Madrid, el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, el Centro de Astrobiología de Madrid y el Centro de Ciencias Humanas y Sociales de Madrid.
Iole Ferrara es bióloga por la Università degli Studi di Palermo (Palermo, Italia) y doctora en biología molecular por la Universidad Autónoma de Madrid. Durante sus años de doctorado, que hizo en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), descubrió su pasión por la divulgación y comunicación de la ciencia. “Notaba de primera mano la distancia con el resto del mundo, salía del laboratorio y me resultaba muy complicado explicarle a la gente qué era lo que hacía”, recuerda. Al terminar el doctorado, decidió dedicarse a este ámbito y colaboró en algunos proyectos como documentalista científica. En 2021 decidió especializarse más y cursó el Máster en Comunicación Científica, Médica y Ambiental de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, donde hizo prácticas primero en una agencia de comunicación de Barcelona, UbiK media, y posteriormente en la Agencia SINC como redactora. En la actualidad colabora con un medio de comunicación dirigido a profesionales sanitarios, Univadis España. Su principal motivación a la hora de presentarse a estas ayudas ha sido la posibilidad de descubrir el proceso de investigación científica de primera mano y poder trabajar “codo con codo” con el equipo de comunicación de estos centros. “El aspecto que más me interesa poder ir a los centros del CSIC para conocer sus trabajos y luego darlos a conocer, escribir sobre ellos para que la gente descubra lo que se hace allí”, explica. Los temas de salud, y en particular las enfermedades infecciosas y los trastornos mentales son los que más le interesan, y por ello ha propuesto un itinerario que recorrerá el Centro Internacional de Neurociencia Cajal de Madrid; el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria de Madrid; el Centro Nacional de Biotecnología en Madrid y el Instituto de Neurociencias de Alicante.
Comisión Evaluadora
La comisión evaluadora de los Premios y Ayudas CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica ha estado presidida por Eloísa del Pino, presidenta del CSIC, e integrada por Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA; José María Martell, vicepresidente de Investigación Científica y Técnica del CSIC; Carlos Closa, vicepresidente de Organización y Relaciones Institucionales del CSIC; Patricia Fernández de Lis, redactora jefa de Ciencia, Salud y Tecnología de El País; Abel Grau, director de comunicación del CSIC; Pablo Jáuregui, director de Comunicación Científica y Medioambiental de la Fundación BBVA.
Sobre las instituciones
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) es un Organismo Público de Investigación autónomo, de carácter multisectorial y multidisciplinar, con personalidad jurídica y patrimonio propios, con implantación en toda España y proyección internacional, y tiene entre sus funciones el fomento, la coordinación, el desarrollo y la difusión de la investigación científica y tecnológica, de carácter multidisciplinar, con el fin de contribuir al avance del conocimiento y al desarrollo económico, social y cultural, así como a la formación de personal y al asesoramiento a entidades públicas y privadas en estas materias.
La Fundación BBVA es expresión del compromiso del Grupo BBVA con el impulso del conocimiento, la tecnología y la innovación, entendidos como una de las vías más eficaces para ampliar las oportunidades individuales y colectivas y preservar la vida en la Tierra. Su actividad se centra en el apoyo a la investigación científica a través de proyectos de investigación, becas, colaboración con instituciones científicas, el reconocimiento del talento a través de distintas familias de premios propios y en colaboración con sociedades científicas, así como en la difusión del conocimiento y la cultura a la sociedad.
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