Los vientos estelares de las estrellas masivas dan forma a la nebulosa de Orión
La nebulosa de Orión, la región de formación de estrellas masivas más cercana a la Tierra, debe su característica morfología en forma de burbuja al efecto de los potentes vientos estelares surgidos de las estrellas masivas recién nacidas, según concluye un estudio publicado en Nature realizado por un equipo internacional de investigadores con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El equipo de investigación, en el que participa Javier R. Goicoechea, investigador del Instituto de Física Fundamental, ha obtenido por primera vez un mapa tridimensional de los movimientos de la nebulosa de Orión generados por los potentes vientos que emanan de la estrella más masiva del cúmulo del Trapecio.
Los datos obtenidos en este trabajo revelan que las estrellas masivas recién nacidas generan potentes vientos que barren el material interestelar necesario para la formación de nuevas estrellas.
“Es un proceso parecido al paso de una máquina quitanieves que empuja la nieve hacia los bordes de la carretera. Resulta increíble que, después de más de 400 años observando la gran nebulosa de Orión, hayamos podido entender ahora que son los vientos procedentes de la estrella más masiva del Trapecio, los que barren la nube donde se formó y le confieren esa morfología tan reconocible”, concluye Goicoechea.
Un telescopio espacial tripulado
El estudio se ha llevado a cabo con datos obtenidos con el telescopio infrarrojo SOFIA, de la NASA y del Centro Aeroespacial Alemán (DLR), quienes dieron a conocer estos resultados en una rueda de prensa celebrada esta semana durante la reunión de invierno de la Sociedad Americana de Astronomía. “SOFIA es como un telescopio espacial tripulado: nos permite observar por encima del 99% del vapor de agua atmosférico que absorbe la radiación infrarroja. Las observaciones en el infrarrojo lejano nos permiten penetrar y estudiar las nubes de gas y polvo donde nacen las estrellas”, explica R. Goicoechea.
El receptor GREAT, instalado en SOFIA (con un telescopio de 2,5 metros), es el único instrumento disponible en la actualidad para estudiar el infrarrojo lejano. Está integrado en un avión Boeing 747 modificado de la NASA que asciende a la estratosfera en cada vuelo de observación, a más 13 km de altura (unos 2 km por encima de los vuelos comerciales). El receptor GREAT utiliza receptores similares a los empleados en radiotelescopios pero aplicados al infrarrojo lejano y permite cartografiar grandes campos del cielo con una altísima resolución espectral. Es sensible a cambios en la velocidad del gas interestelar de menos de 1 km/s.
Los datos, obtenidos tras diez vuelos de observación, han proporcionado un mapa tridimensional de los movimientos del gas en la nebulosa de Orión y han demostrado que el aspecto y expansión en forma de burbuja de la región se deben a la acción de los vientos estelares.
- C. Pabst, R. Higgins, J.R. Goicoechea, D. Teyssier, O. Berne, E. Chambers, M. Wolfire, S. Sury, R. Guesten, J. Stutzki, U.U. Graf, C. Risacher, A.G.G.M. Tielens. Disruption of the Orion Molecular Core 1 by the stellar wind of the massive star Ɵ1 Ori C. Nature. DOI: 10.1038/s41586-018-0844-1 ">https://www.nature.com/articles/s41586-018-0844-1">10.1038/s41586-018-08...
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