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Los atropellos causan una gran mortandad entre las aves autóctonas de Lanzarote

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Un estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto con investigadores del Grupo de Ornitología e Historia Natural de las Islas Canarias, ha evaluado por primera vez en las Islas Canarias el impacto directo de la circulación por carretera (muertes por atropello) sobre la fauna silvestre durante un año. El estudio, publicado en la revista PLOS ONE, ha detectado 666 cadáveres de fauna silvestre durante un ciclo anual completo (incluyendo aves y mamíferos) en la isla de Lanzarote, reserva de la biosfera de la Unesco. El estudio muestra que las carreteras son un riesgo potencial para las aves nativas en las islas orientales de Canarias. 

“La mayoría de estos cadáveres hallados corresponde a mamíferos introducidos. Sin embargo, teniendo en cuenta el tamaño y la tasa de desaparición de los cadáveres, estimamos que la cifra de atropellos puede ascender a 9.600, correspondiendo la mayor parte a aves (unos 7.100)”, señala Airam Rodríguez, investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana.

Los animales salvajes de las islas tienen mayor probabilidad de extinguirse que sus semejantes continentales. Por tanto, comprender las fuentes de la mortalidad por causa no natural es el primer paso en el desarrollo de planes de gestión de la conservación. Las Islas Canarias son un importante destino turístico debido a su clima único y a su exuberante paisaje y biodiversidad.

“Durante las últimas décadas, ha habido desarrollos significativos de áreas urbanas y concurridas redes de carreteras. Sin embargo, no se han realizado estudios que describan los efectos de la mortalidad en carretera sobre la fauna salvaje de este archipiélago”, explica el investigador. En este estudio se ha descrito la pauta temporal y espacial de las muertes en carretera de la fauna salvaje de Lanzarote (reserva de la biosfera de la UNESCO), mediante el recuento de automóviles a lo largo de un ciclo anual entero.

“Al menos para tres especies (lechuza común, garcilla bueyera y alcaudón real), las estimas de mortalidad son importantes, pues exceden el 25% de su población insular”, añade el investigador.

El estudio también resalta la mortalidad por atropellos como una amenaza que no ha sido tenido en cuenta para otras especies amenazadas como la hubara canaria o el alcaraván común. “Estas especies de aves necesitan urgentemente que se determine si estos niveles de mortalidad en carretera son sostenibles”, indica Rodríguez.

Se han registrado un total de 666 muertes de fauna silvestre en carretera (con una media mensual de 0.09 aves por kilómetro y 0,14 mamíferos por kilómetro), englobando por lo menos 37 especies.

La abundancia estacional y la variedad de las muertes en carretera mostraron un pico elevado durante los meses de verano, tanto para mamíferos como para aves. La geolocalización muestra que los accidentes (incluidas aves y mamíferos) tienen una probabilidad más elevada en las proximidades de viviendas y en carreteras con altos límites de velocidad.

“Cuando se han analizado por separado, las muertes de mamíferos ocurrieron en sectores con altos límites de velocidad, en las proximidades de viviendas y en áreas rodeadas de arbustos, mientras que las muertes de aves sucedían en sectores de carretera con altos límites de velocidad, cercanos a viviendas y con escaso volumen de tráfico”, concluye Rodríguez. 

 

Referencia científica:
  • Gustavo Tejera, Beneharo Rodríguez, Carlos Armas y Airam Rodríguez. Wildlife-vehicle collisions in Lanzarote Biosphere Reserve, Canary Islands. PLOS ONE. DOI: 10.1371/journal.pone.0192731 

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