Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) estudian las concentraciones de contaminantes tóxicos, como el DDT y sus metabolitos, en niños recién nacidos de países africanos en los que, desde 2005, se ha generalizado el empleo de pesticidas para luchar contra la malaria. Los científicos han detectado “un incremento significativo” de estos contaminantes en bebés cuyas madres estuvieron expuestas directamente a los pesticidas destinados a acabar con el mosquito portador de la enfermedad.